viernes, 9 de agosto de 2013

El Fuego



Se llama fuego a la reacción química de oxidación violenta de una materia combustible, con desprendimiento de llamas, calor y gases (o humos). Es un proceso exotérmico. Las llamas son las partes del fuego que emiten luz visible.


El fuego se representa en los jeroglíficos egipcios con el sentido solar de la llama, asociado a la idea de calor corporal como signo de salud y vida. En la mayoría de los pueblos primitivos, el fuego es un demiurgo, hijo del sol y su representante en la Tierra (de ahí que se asocie con rayos y relámpagos por una parte y por otra con el oro). 


El uso de los cuatro elementos en la ciencia se abandonó en los siglos XVI y XVII, en que los nuevos descubrimientos sobre los estados de la materia superaron la concepción clásica.
Johann Joachim Becher propuso una versión particular de la teoría de los cuatro elementos: el papel fundamental estaba reservado a la tierra y al agua, mientras que el fuego y el aire eran considerados como simples agentes de las transformaciones.

Peligros

El fuego conlleva una serie de peligros, el primero y más evidente son las quemaduras. También otros como la intoxicación por inhalación de humo.
En el apartado de psicología está la piromanía, que se define como una enfermedad en la que una persona siente la necesidad de quemar algo y cuanto más grande sea el fuego mejor (para él). Esto ha comportado incendios forestales provocados.

Mitología sobre el fuego

El culto del fuego siguió al que se tributaba al Sol y todas las naciones se conformaron en adorarlo como el más noble de los elementos y como una viva imagen del astro del día. Los caldeos lo miraban como una deidad suprema. Sin embargo, en Persia es donde se extendió su culto casi exclusivamente. Se encontraban por todas partes cercados cerrados con muros y sin techo, dentro los cuales, se encendía asiduamente el fuego en donde el pueblo devoto venía a ciertas horas para rogarle. 




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